Los resultados del Informe sobre Trastornos Comportamentales en España, auspiciado por el Ministerio de Sanidad, contradicen algunos estereotipos respecto al juego privado difundidos desde esferas públicas.
Los datos recogidos en el estudio, relativos al año 2022, dejan claro que el porcentaje de usuarios de operadores de juego privado se está reduciendo en todas las categorías de juego disponibles en España, tanto en el segmento presencial como el que tiene lugar en internet.
El porcentaje de personas con posible trastorno de juego ha decrecido de forma significativa en el país, siendo un 22% inferior al registrado en 2018, mientras que el descenso en el número de personas con patrones de juego problemático es aún mayor, del 35% (también respecto a 2018).
Los datos indican que la edad a la que los jóvenes empiezan a jugar en España no está bajando, sino todo lo contrario. En 2022 los usuarios han comenzado a jugar con una edad media de 23,3 años, lo que supone que lo hacen 6 meses más tarde comparándolo con los datos del año 2017.
La población joven y los peligros de internet
Queda claro que no existe un problema de adicción al juego online entre los jóvenes españoles: el informe constata que los que tienen edades de 14 a 18 años tienen el doble de probabilidades de hacerse adictos a los videojuegos, y siete veces más probabilidades de volverse adictos al uso de internet que al juego y las apuestas.
Tanto desde el sector público como desde el privado se está de acuerdo en la necesidad de combatir los problemas asociados al juego, pero en algunos organismos públicos se pretende demonizar a las empresas privadas; y desde la Confederación Empresarial del Juego, organización que representa a las empresas de juego y casas de apuestas online en España, han querido dar su punto de vista.
En CeJuego (por sus siglas) consideran que para erradicar el juego problemático “es necesario que la regulación se aplique por igual a todos los operadores, independientemente de su naturaleza pública o privada; y que los operadores públicos se sometan a las mismas exigencias de protección del usuario que los privados. Esa equidad sería un paso definitivo para la protección de los jugadores”.
La incidencia de la adicción al juego, a la baja
De acuerdo con datos del Ministerio de Sanidad, el número de personas con posibilidad de desarrollar algún trastorno relacionado con el juego evoluciona a la baja: los usuarios catalogados dentro de la categoría de juego problemático en 2022 son el 1,3% de la población entre 15 y 64 años de edad, mientras que en 2018 ese porcentaje era del 2%.
En el estudio también se recogen datos que desmienten la creencia de que el apostante español juega todos los días: el 87% de usuarios juega una vez al año o una vez al mes, prácticamente la mitad de ellos (el 49%) sólo lo hace una vez al año, mientras que el 38% juega una vez al mes. Los jugadores diarios son el 3% del total, lo que supone un descenso del 30% desde 2018.
Pese a la mala prensa que sufren las empresas de juego en España y al alarmismo sobre los riesgos del juego, salidos del propio Ministerio de Consumo, en el informe se evidencia que el único juego que crece año tras año es el ofrecido por operadores públicos: Loterías y rascas de la ONCE, dos modalidades que no afrontan ninguna de las restricciones impuestas a las empresas de juego privadas.