El ex primer ministro italiano Mario Draghi ha presentado una ambiciosa propuesta ante la Unión Europea, solicitando una inversión anual de entre 750.000 y 800.000 millones de euros para que la región pueda competir con las principales potencias económicas globales, como Estados Unidos y China.
Esta cantidad, que representa entre el 4,4% y el 4,7% del PIB de la UE, se destinaría a áreas clave como la tecnología avanzada, la digitalización y la transición energética.
Draghi señaló que, aunque Europa cuenta con talento y capacidad de innovación, el continente enfrenta dificultades para llevar esas ideas innovadoras al mercado. Según él, las empresas europeas encuentran obstáculos regulatorios que les impiden crecer y competir globalmente.
A su juicio, Europa necesita una reforma profunda para facilitar la innovación y, además, evitar que emprendedores europeos busquen apoyo financiero fuera de la región, principalmente en Estados Unidos. Siendo interesante consultar el VIX index para cuantificar las expectativas del mercado respecto a la volatilidad
Además, Draghi destaca que la competencia con China es particularmente intensa en sectores como la tecnología limpia y los vehículos eléctricos. China ha avanzado rápidamente gracias a políticas industriales masivas, subsidios, y control de las materias primas. Por ello, Draghi advirtió que, aunque depender de China pueda ser la forma más eficiente de avanzar en la descarbonización, esta dependencia también plantea riesgos para las industrias europeas.
En su informe, Draghi también enfatizó la importancia de vincular la tecnología con la inclusión social. Propuso que Europa debería no solo igualar a Estados Unidos en innovación, sino superarlo en la creación de oportunidades educativas y laborales para todos sus ciudadanos a lo largo de su vida. Para él, una educación continua y el acceso a buenos empleos es clave para asegurar que todos los europeos puedan beneficiarse de los avances tecnológicos.
Este plan, que ha sido comparado en magnitud al Plan Marshall, busca proporcionar a Europa la capacidad de reindustrializarse y no quedarse atrás en una nueva era marcada por tecnologías como la inteligencia artificial. Para ello, Draghi sugiere que la UE debería emitir más deuda conjunta para financiar estas inversiones, una idea que ha generado debate entre los Estados miembros debido a las implicaciones fiscales y de soberanía que conlleva.
Draghi urge a la UE a tomar decisiones audaces para fortalecer su competitividad en un escenario mundial cada vez más dominado por avances tecnológicos y estrategias industriales masivas. Este enfoque requerirá un compromiso sólido por parte de todos los países miembros y una reevaluación de las prioridades económicas y sociales del continente.
¿Por qué China es más competitiva que Europa?
China ha logrado posicionarse como una de las economías más competitivas a nivel mundial, superando a Europa en varios sectores clave. Su competitividad se puede atribuir a una combinación de políticas industriales estratégicas, innovación acelerada, mano de obra masiva, y una infraestructura avanzada, todo ello impulsado por un fuerte respaldo estatal.
Políticas industriales y subsidios estatales
El gobierno chino ha adoptado un enfoque proactivo para impulsar su economía a través de políticas industriales masivas y subsidios directos a sectores estratégicos. En áreas como la tecnología limpia, los vehículos eléctricos y la inteligencia artificial, China ha destinado enormes recursos financieros y logísticos. Esta intervención estatal ha permitido a sus empresas crecer a gran escala y acelerar la innovación sin depender completamente del capital privado, como ocurre en muchas economías occidentales.
En contraste, Europa se enfrenta a una fragmentación regulatoria entre sus Estados miembros, lo que complica la implementación de políticas económicas coordinadas. La burocracia y las regulaciones restrictivas obstaculizan el crecimiento de las empresas innovadoras en Europa, según señala Mario Draghi. Esto genera un entorno menos favorable para la comercialización de nuevas tecnologías.
Inversión en innovación y desarrollo tecnológico
China ha hecho inversiones estratégicas en investigación y desarrollo (I+D), especialmente en sectores de alta tecnología. Según informes del Banco Mundial, el gasto de China en I+D ha aumentado de manera sostenida en las últimas décadas, representando más del 2% de su PIB. Esto ha permitido al país avanzar rápidamente en áreas como la inteligencia artificial, el 5G, y las energías renovables.
Por otro lado, Europa ha mostrado signos de retraso en términos de innovación. Aunque cuenta con un gran número de investigadores y empresas tecnológicas, la región ha tenido dificultades para traducir sus avances científicos en productos comercializables. Las startups europeas, por ejemplo, a menudo buscan financiamiento en Estados Unidos debido a la falta de capital de riesgo local.
Escalabilidad y economía de mercado
China tiene una enorme ventaja en términos de escalabilidad. Con una población de más de 1.400 millones de personas, el país cuenta con un vasto mercado interno, lo que permite a las empresas escalar rápidamente y reducir costos unitarios. Además, la capacidad de producir a gran escala ha consolidado a China como la «fábrica del mundo». Desde productos electrónicos hasta bienes de consumo, la producción masiva ha hecho que los precios de los productos chinos sean altamente competitivos en los mercados globales.
Europa, por otro lado, enfrenta un mercado más limitado y fragmentado, con múltiples regulaciones nacionales que dificultan la expansión uniforme de las empresas en toda la región. Esto limita la capacidad de las empresas europeas para competir en términos de precio y producción a gran escala.
Control de materias primas
Otro factor crucial es el control de China sobre las materias primas clave, especialmente las que son esenciales para la tecnología avanzada y la transición energética, como los minerales raros. China ha asegurado el acceso y la producción de estos recursos, lo que le otorga una ventaja estratégica sobre otras economías que dependen de la importación de dichos materiales
Flexibilidad laboral
China también tiene un mercado laboral flexible que se adapta rápidamente a las necesidades de producción y crecimiento. La abundante mano de obra, junto con salarios más bajos en comparación con Europa, ha permitido a las empresas chinas reducir costes significativamente, lo que aumenta su competitividad a nivel global.