La selección española de fútbol tiene por delante un viaje salpicado de obstáculos y ventajas antes de soñar con convertirse en la nueva campeona del mundo. Tal vez sea la fase de grupos el escollo más asequible, y aun así no está exento de malas noticias. En este tramo, el conjunto dirigido por Luis Enrique tendrá su primer cruce el veintitrés de noviembre contra Costa Rica, un equipo defensivamente ordenado que cuenta con un portero de primerísimo nivel. La cita se presenta como la antesala del verdadero problema: el partido frente a Alemania cuatro días más tarde. Los bávaros llegan de la mano de Flick, es decir, siendo muy agresivos en el juego, con y sin balón. Y ya en la última fecha de esta parada obligatoria espera Japón, un combinado sin gol que ha tenido serias dificultades para clasificarse. El capítulo introductorio pinta, a grandes rasgos, bastante bien.
Para dar esquinazo a las selecciones más fuertes es imprescindible cerrar esta fase en primera posición. Si España lo consigue, pondrá rumbo a las eliminatorias con un desahogo más grande. Llegará el turno de disputar los octavos contra equipos que sólo lograron la segunda plaza de sus respectivos grupos. No obstante, en cuartos y semifinales el asunto podría complicarse antes de tener la opción de levantar otra vez la copa del mundo.
Atendiendo al papel, el oponente inmediato para jugar los octavos saldría del Grupo F, donde conviven las selecciones de Bélgica, Croacia, Marruecos y Canadá. Estas dos últimas no están consideradas a priori como favoritas para superar la ronda, por lo que el cuadro español, dependiendo de cómo salga del Grupo E, tendría que vérselas con una de las dos selecciones restantes, que no suelen dar un encuentro por perdido en este tipo de competiciones.
Las opciones de España siendo primera de grupo
En caso de que la roja salga airosa de este tramo, es más que probable que pueda cruzarse en cuartos con algún equipo del Grupo G, donde Brasil se postula como el máximo favorito. Sin necesidad de producirse en la final, el duelo con la canarinha sería sin duda el más exigente del campeonato y la progresión de España podría verse interrumpida antes de tiempo. Si por el contrario los de Luis Enrique fuesen capaces de vencer a la escuadra de Neymar, Vinicius y compañía, tocaría enfrentarse, probablemente, y ya en semifinales, con otros conjuntos de factura similar.
En concreto, en el caso de que la selección española superase a la brasileña, llegaría el momento de jugar contra los equipos que ocupasen la primera posición de los grupos A y C, o contra los segundos clasificados del B y el D. En este sentido, cabe destacar que Holanda es la gran favorita del A, y es que sobresale de manera abrumadora sobre sus compañeros (Ghana, Ecuador y Qatar), por lo que el cuadro entrenado por Louis van Gaal podría ser una de las amenazas más evidentes.
Con respecto al Grupo C, formado por Argentina, México, Polonia y Arabia Saudí, la previsión marca que serán los latinoamericanos quienes ocupen la cabeza de la tabla. De ser así, el panorama tampoco se presenta esperanzador, teniendo en cuenta que la albiceleste aterriza invicta en el mundial y perseguirá por todos los medios darle a Messi la copa que le falta. Los mexicanos, superados por una clasificación in extremis y un tono de forma algo bajo, no preocupan en exceso.
Por otra parte, si hubiera que medirse al segundo del Grupo B, en el que conviven Inglaterra, Irán, Estados Unidos y Gales, todo apunta a que los norteamericanos se convertirían en el adversario a batir. No obstante, se trata de una selección que se encuentra en una etapa de fútbol explosiva y que podría competirle el primer puesto a los ingleses. Ya en el Grupo D todas las quinielas señalan que será Dinamarca la que firme la segunda plaza, por lo que tendría que enfrentarse a España en la siguiente ronda. Los de Didier Deschamps no sólo son los campeones más recientes, sino que en las apuestas mundial Catar 2022 se perfilan como la selección con más probabilidades de levantar la copa en el Estadio de Lusail: casi un 18%.
El segundo puesto cambia la historia
El escenario que se avecina si la selección española pasa como segunda de grupo es completamente distinto. Esto obligaría a jugar los octavos contra el ganador del Grupo F, que previsiblemente sería Bélgica o Croacia. Superada esta fase, los cuartos tendrían lugar frente al cabeza del Grupo H (Uruguay o Portugal) o frente al segundo del G, que entre Camerún, Suiza y Serbia resulta más complejo determinar. Toda vez que este obstáculo quede resuelto, llegaría la hora de las semifinales, donde el cruce sería el siguiente: contra los líderes de los grupos B y D, o ante los segundos del A y el C.
Desde esa casilla de salida, hay que pensar que los favoritos del B y del D son Inglaterra y Francia respectivamente, así que estaríamos ante unas semis de infarto en las que las opciones de acabar en la final se reducirían considerablemente. Menos arriesgado sería vérselas con el segundo del A, que podría ser perfectamente tanto Qatar como Ecuador o Senegal, mucho más asequibles. Tampoco parece muy evidente determinar qué equipo sellaría la segunda posición del C; Polonia, Argentina y México son firmes candidatos.
En definitiva, lo que está claro es que el recorrido español por la cita mundialista se antoja lleno de curvas, como debe ser en estos niveles de competición. Ahora bien, la esperanza está depositada en el rigor táctico de Luis Enrique, que continúa con su línea de trabajo tras dejar muy buenas sensaciones en la Eurocopa y en la Liga de Naciones. La nueva plantilla de jóvenes talentos invita al optimismo.