El Málaga, a por el más difícil todavía

Cuesta creer que un equipo que hace poco más de diez años se paseaba por la Champions con jugadores como Isco o Joaquín en su plantilla esté hoy donde está. Sin embargo, los malagueños no se rinden y quieren jugar sus últimas cartas antes de certificar un descenso que puede poner en riesgo incluso su viabilidad como institución.

Una situación inesperada

Si a principios de año cualquier aficionado entra en la web de un sitio de apuestas y decide jugarse algo a que el Málaga descendía, habrían pasado dos cosas. La primera es que sus amigos lo habrían llamado loco y la segunda que ahora estaría a punto de poder pagarse unas buenas vacaciones a costa de la parroquia costasoleña.

El Málaga comenzó la temporada con una serie de fichajes como el Rubén Castro que hacían presagiar que los resultados iban a llegar a la Rosaleda. Destituido Guede y Pepe Mel, hoy Pellicer se encuentra con un equipo en el que lo que faltan no son nombres de buenos jugadores, sino esa chispa de conjunto que cuesta mucho fichar en los mercados.

Los blanquiazules han pasado por todo tipo de situaciones atípicas durante la campaña. Lesiones, rachas malísimas de jugadores, arbitrajes nefastos e incluso detalles de mala suerte en algunos encuentros en los que eran mejores, pero acabaron perdiendo.

El resultado es que hoy el Málaga tiene muy difícil salvar la categoría.

Los números de la esperanza

Lo único a lo que puede agarrarse el equipo de Martiricos es a la cantidad de partidos que aún quedan por jugarse. Eso sí, el equipo de Pellicer tiene más cerca al último clasificado, el Ibiza, que a los que marcan la frontera del descenso.

Estos últimos, en los que también se encuentran verdaderas instituciones del fútbol nacional como el Racing de Santander o el Zaragoza, aventajan en una media de 8 o 9 puntos a los malagueños.
Recuperar esta cantidad de puntos en segunda división es una tarea para titanes. No hay que olvidar que la categoría de plata del fútbol español tiene una igualdad endiablada y que los equipos no regalan absolutamente nada, menos cuando se va acercando el final del calendario y todos se juegan algo.

Pero en la Rosaleda se resisten a bajar los brazos. En las últimas semanas se han visto partidos brillantes como la victoria por 3 a 0 frente al Zaragoza que invitan a apretar los dientes y a luchar hasta el último aliento. De ser capaces de revertir la situación y escapar de la quema del descenso, a Pellicer habría que entregarle los mandos de la nave malaguista para las próximas temporadas sin la menor duda.

Eso sí, va a ser una misión para valientes. De partida, el Málaga tiene todas las papeletas para abandonar la segunda división y volver a ascender a esta, lo que este equipo consiguió por última vez en la temporada 97-98, es una pesadilla de la que nadie quiere hablar.

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